La risa del puente.

Viciar el acto, degenerarlo a ridículo, mirando el cielo con las manos buscando la conexión que se había perdido en el puente. Qué ridículo haberse aspirado la idea sabiendo los efectos.

Y aún así…

Aún así

Aún así.

Esperar algo, saber la respuesta y reírse de la ironía. La mente entre el barro, se reconoce lega al si quiera plantearse la pregunta, pero la unidad parecía diáfana, y yo sufro de estrabismo.

Cerril.

Imprudente.

Las manos habían perdido las huellas, la conexión era nula. Los dibujos habían sido esparcidos entre las venas, un sabor amargo le hundió la esencia, cerró los ojos, llegó al otro extremo del puente.

Y ahí estaba.

Le latió el nudo que le incomodaba, como si hubiese corrido hace unos segundos. Como si estuviese viendo a la persona que extrañaba.

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