Tanta palabra ondulante,
como viento caminando de oído en oído,
por presiones o amores.
Tanta palabra saltarina de boca en boca,
las ves formar círculos suaves
y continuos por la calle infinita.
Así yo me pregunto,
cuándo llegaré yo a escucharte decir lo que ya sabemos,
para que así tu palabra rebote en mí
y se emita de mi boca.
Mi boca callada entre la multitud de las miradas
tuya y mía,
genera una nueva dimensión
entre su posición y tu boca.
Y cuando retoza hacia ella,
y la resonancia que pone a vibrar el espacio
se vuelve innegable,
color esmeralda,
Viene el céfiro y el alivio,
entonces sé que debo decirlo.
Y sonríes, porque sabes que es inevitable contigo,
decirte lo que ya has dicho.
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